Gonzalo aprieta con ganas el palo de la pancarta, de a ratos le pide a su compañero que la levante, para que se vea bien, que la vean los de adelante, los de atrás, el gobernador, el presidente de la nación si es necesario. Boleto gratuito ya, reza el pedazo de tela. Gonzalo es militante del centro de estudiantes del Instituto Gastón Gori y junto a otros compañeros e instituciones se organizaron para marchar. Hace un frío que congela los huesos, que congela todos los cuerpos que andan lento por calle San Jeronimo. Corre el año 2016. Son los herederos de María Falcone, de Claudio de Acha y de todos los pibes que aquella oscura noche de hace 40 años atrás desaparecieron por exigir boleto gratuito estudiantil en la ciudad de La Plata.

Durante estos años la lucha por un derecho fundamental en el maravilloso país de la educación pública se replicó en todas las provincias argentinas. Desde hace tiempo, algunas como Misiones; Córdoba; Jujuy; Corrientes; San Juan; Buenos Aires y Capital Federal, adoptaron el programa. En el año 2021 fue el turno de nuestra provincia. Pero ¿Cuál es el balance de la implementación del BEG en Santa fe?

Numeritos.  

En lo que va de 2022 el programa sumó 131 mil inscriptos en la provincia y desde el gobierno aspiran a superar los 240 mil registrados el año pasado. Cabe destacar que ocho de cada diez inscritos son estudiantes mientras que los dos restantes, docentes y asistentes escolares. 

La histórica lucha protagonizada, tanto a nivel nacional como a nivel local, para lograr la implementación del BEG por parte de las organizaciones estudiantiles responde, ni más ni menos que a la posibilidad de que muchas personas puedan estudiar. Ya que resulta una paradoja, por ejemplo, que las universidades sean públicas y gratuitas pero que algunos estudiantes carezcan de la posibilidad de formarse por contar con importantes gastos complementarios, como ser el de la movilidad. Es por eso que la gratuidad de dicho servicio, corta de cuajo con un importante elemento de exclusión

Pongamos por caso, una familia que vive en Santa Fe, con dos hijos estudiando, tuvo durante 2021 un ahorro mensual de $ 4000. Y con el aumento de tarifa este año ahorrará $ 5200. Por otro lado, un docente, asistente escolar o estudiante que realiza el recorrido diario de un pueblo como Humboldt a la ciudad de Santa Fe (57 km de distancia), obtendrá un ahorro mensual cercano a los ocho mil pesos. Es en estos datos donde debemos posar la mirada, datos que aunque parecen reflejar solo números fríos, tienen también la invaluable capacidad de incidir sobre el futuro laboral y profesional de muchísimas personas. Y es allí, en la búsqueda de una mejor calidad de vida, donde reside el objetivo y la victoria de este tipo de luchas colectivas.

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